Una dulce expresión del estilo Moët & Chandon, que debe su nombre de Nectar a su dosificación generosa y su riqueza afrutada. Su ensamblaje es fiel a la diversidad y la complementariedad de las tres variedades de uva del champagne: pinot noir por su estructura (40-50% según el año), pinot meunier por su carnosidad (30-40%) y chardonnay por su frescura (10-20%).
Dorado profundo con reflejos dorados.
Tras la explosión de notas exóticas como la piña y el mango, se instala la redondez golosa de la fruta de hueso (ciruela mirabel, albaricoque), subrayada por una pizca de vainilla.
La sensación en boca primero está envuelta por la densidad de las notas de frutas exóticas: piña y maracuyá. Más tarde, revela los sabores firmes y sedosos de las frutas con hueso, y termina con la frescura vigorizante del pomelo.
En la degustación, el champagne Nectar Impérial inspira un universo cromático de tonalidades doradas, brillantes y tornasoladas: un dorado marmolado de matices oscuros, una ágata de fuego mexicana, la cálida luminosidad del ámbar amarillo o el azul que da su color al queso roquefort.
Este paladar rico matizado con un final vivo envolverá una textura deliciosa, cremosa o almibarada como una miel dorada. Buscará sensaciones de volumen y densidad, como la voluptuosidad del terciopelo grueso o la exquisitez del lamé dorado.